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Una limpieza adecuada es fundamental para mantenerlos en buen estado durante mucho tiempo.

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Cuidados de muebles de melamina

Las superficies de melamina son totalmente cerradas (sin poros), impermeables, duras y altamente resistentes al desgaste y calor.

Para mantener bien conservada la melamina y libre de microorganismos basta con pasar un trapo húmedo con desinfectante o con agua jabonosa y luego pasar otro trapo absorbente de textura suave, a fin de evitar rayones cuando la superficie haya quedado completamente limpia. Además, cada cierto tiempo hay que sacarle brillo con un trapo seco (de preferencia, de poliseda o de tela lustrosa) para que las resinas melamínicas luzcan como salidas de fábrica.

Como por lo general este mobiliario tienen bordes de madera, no conviene colocarlos en lugares donde les puede caer directamente los rayos solares. Asimismo, se debe evitar utilizar cuchillos sobre su superficie para evitar arañones o rayones y el acabado siempre lucirá como si fuera de estreno.

Limpieza de muebles de MDF

Use solamente una franela limpia y seca. Si es necesario use la franela levemente humedecida en agua. No se pueden mojar ni colocar en lugares húmedos porque tienden a hincharse y deformarse. Lustrar con una franela seca, evite todo tipo productos de limpieza que contengan alcohol. Los lustra-muebles los engrasa y como el MDF no absorbe, los muebles se manchan.

Un mantenimiento adecuado incluye no arrastrar el mueble y evitar ponerlo contra la pared, esto para mejorar la ventilación y evitar humedad. No los exponga a lugares húmedos o a la luz solar directa, así como junto a otra fuente de calor.

Consejos para limpiar muebles de madera

Para mantener en buen estado los muebles es recomendable no usar ceras de silicona, aceite de limón u otros pulimentos aceitosos. Los muebles de alta calidad tienen acabado protector de la laca que no requiere ningún cuidado con excepción de desempolvarlos. En todo caso, se puede aplicar cera en pasta, para proporcionar la protección adicional contra rasguños y derramamientos. Antes de aplicar la cera, los muebles deben siempre estar limpios.

Si ya ha utilizado cera para cuidar el mueble, ante derrames de comida conviene usar un paño o esponja humedecido con agua jabonosa suave (sin amoniaco). Para las manchas y las acumulaciones aceitosas, es conveniente limpiar con un paño humedecido con un jabón diseñado específicamente para los productos de madera.

El secado del mueble debe realizarse sólo con un paño limpio y suave. Luego se debe aplicar una película fina de la cera a la superficie, trabajando un área pequeña a la vez. Hay que frotar en la misma dirección que la veta de madera y pulir con un paño suave y seco.

No se deben utilizar productos de limpieza que contengan silicona, porque pueden dañar las lacas y dificultar una futura restauración. El aceite de limón y otros pulimentos a base de aceite también deben ser evitados porque atraen el polvo, la arena y causan una película nebulosa en el acabado.

Cuando alguna sustancia se derrama sobre un mueble, nunca debe eliminarse con un paño sino que debe absorberse de inmediato. Si se vierte perfume o quita esmalte, hay que dejar que se evapore o absorba el líquido. La laca, ablandada por los agentes químicos, debe volver a su estado normal cuando se haya evaporado el líquido. Luego, dejar secar el área, frotarla con un compuesto fino para pulir automóviles y aplicar una capa fresca de cera.

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