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Sí, también los muebles han sido objeto de diversas investigaciones sobre como la forma y disposición de estos pueden afectarnos psicológicamente.

El neurocientífico Moshe Bar y su asistente Maital NetaHay experimentaron en 2007 el efectos de los muebles curvilíneos (redondeados) y los rectilíneos (puntiagudos) en las emociones de las personas. En uno de ellos reclutaron a casi 100 estudiantes que debían completar una encuesta después de que apreciaran diversas habitaciones realizadas mediante un programa informático. En esta encuesta cada persona debía indicar cuánto placer sentía al ver cada una de las habitaciones y cuánto le habría gustado permanecer en las habitaciones y socializar con otras personas.

En el experimiento se presentan dos habitaciones. Una de las dos estaba decorada con muebles de estilo redondeado mientras que la otra presentaba muebles de líneas pronunciadas y bien rectas. Para evitar que cualquier otro factor como el color o la disposición de los muebles interfiriese en las respuestas de los participantes, los muebles se colocaron en la misma posición, se evitaron los elementos decorativos y se utilizaron escalas del gris. Sorprendentemente, fue la habitación amueblada siguiendo líneas suaves y redondeadas la que fue calificada como más agradable, “vivible”, relajante e incitaba a permanecer más tiempo y a socializar. Los estudios confirman el hecho que, cuando las personas se exponen a muebles u objetos de formas puntiagudas, se produce una activación de la amígdala, relacionada con el miedo y el procesamiento de la activación emocional.

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Tomando en cuenta estos conocimiento, hay aspectos que ayudan a crear espacios más atractivos:

  • Las escalas de grises y el blanco hacen que una casa sea muy impersonal, razón por la cual se prefieren los tonos pasteles, que brindan una agradable sensación de intimidad y de relajación.
  • Solemos detestar los espacios atiborrados porque nos brindan la sensación de falta de libertad; por ello es preferible ahorrar en muebles y ornamentos u optar por aquellos que ocupen menos espacio o que por su color, brinden la sensación de amplitud.
  • Los espacios personalizados son preferibles a los espacios impersonales, por ello, las fotos familiares o los souvenirs de los viajes son detalles que hacen a las personas sentirse más cómodas.
  • Los muebles del salón donde se reciben las visitas y se platica nunca deben estar dispuestos totalmente volteados hacia el televisor porque esto cohíbe la comunicación. Al contrario, se ha demostrado que colocar los muebles en forma de L propicia la conversación.
  • Utiliza colores diversos para cada habitación según el uso que le vayas a dar a la misma. De esta forma, cada sitio propiciará una sensación diversa en relación con la actividad principal que se realiza en la misma. En este sentido, recuerda que los colores brillantes promueven la energía y la actividad mental mientras que los colores suaves facilitan la relajación.

Con información de Dazkir, S. & Read, M. (2011) Furniture Forms and Their Influence on Our Emotional Responses Toward Interior Environments. Environment and Behavior y la revista Scientific American Mind Abril 2009

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